Tener una relación armoniosa con el instructor o instructora que da la clase siguiente a las tuyas es saludable tanto para ti como para tus alumnos. 

En este artículo te damos 8 tips para que todos salgáis ganando.

 

Hola, soy Sarah Shortt y soy Instructora en un club que ofrece clases de 30 minutos de manera ininterrumpida cada mañana. Hace varias semanas, justo al llegar al club para empezar mi jornada, el Instructor que impartía la clase anterior a la mía parecía estresado. Al cruzarme con él, me dijo: “Ese Instructor de COMBAT… ¡ha llegado justo a las siete menos cuarto! Me ha dejado solo 25 minutos para dar una clase de GRIT Strength de 30 minutos.”

En el Módulo de Formación Inicial aprendemos muchos conceptos: desde impartir clases seguras y eficaces, a cómo dominar las coreografías pasando por cómo enseñar la técnica a nuestros alumnos. Lo que no aprenderás en la formación es a ser un buen compañero de horario “shoulder instructor”, el instructor que imparte clase justo antes o a continuación de la clase de otro instructor.

Si quieres llevarte bien con tus compañeros (y, lo que es más importante, quieres evitar irritar a los socios) sigue estos ocho pasos para una transición de clase fluida y sin malentendidos.

Si impartes la clase anterior

1 Acaba tu clase a la hora en punto

Tengo que reconocerlo, no era para nada consciente de la importancia de este tema en mis inicios. Recuerdo perfectamente que solía pasarme siempre 5 minutos de la hora en mi clase de BODYPUMP de los domingos, ya que mis transiciones eran demasiado largas.
¡La Sarah de hoy le pegaría una buena bronca a la Sarah de 2010!
Parece una obviedad, pero es muy fácil pasarse de la hora: Preparación del material / recogida, socios parlanchines, playlists que se alargan demasiado o fases de relajación / meditación que parecen interminables (Sí, Instructores de BODYBALANCE, me refiero a vosotros). Doy mi clase después de un compañero que siempre apura hasta el último segundo de su hora (y a veces hasta se pasa). A mí no me afecta demasiado, ya que nadie da clase justo detrás de mí, pero veo que a los socios les molesta. Incluso me suelen enviar mensajes quejándose de los horarios y no es nada agradable empezar una clase con la mitad de los socios mosqueados.

En resumen, hazlo lo mejor que puedas. Acorta el tiempo de enfriamiento si eso te hace terminar a la hora, procura que tus socios hablen entre ellos fuera de la clase y pídeles que se den prisa a la hora de guardar el material. Y si de verdad te resulta imposible respetar los timings de tu horario, habla con tu coordinador sobre la posibilidad de añadir una pausa de 5 minutos entre clase y clase.

2 Ayúdales a colocar el material

Instructores de BODYPUMP y de GRIT Strength: ¿a que os gusta que el instructor que va antes que vosotros os ayude con el set up de vuestra clase? Ayudar con el montaje tan solo te tomará unos pocos segundos, pero el instructor de la siguiente clase te lo agradecerá. Cuando apenas hay transiciones entre clase y clase, contar con un par de manos extra puede marcar la diferencia entre empezar la clase a tiempo o empezarla tarde.

Y si quieres ir un poco más allá, puedes limpiar el micrófono con una toallita antibacterial antes de pasárselo al siguiente instructor. Hace ya un tiempo, Gandalf (Archer-Mills) tuvo este gesto conmigo. Siempre lo recuerdo y aún le estoy agradecida. Otro detalle que te hará quedar bien es cambiar las pilas al micrófono cuando sea necesario. Y por supuesto (quizá no debería ni mencionarlo) encárgate de limpiar el rastro de sudor que hayas dejado antes de que llegue el siguiente instructor.

3 Mézclate con su playlist como si fueras Calvin Harris

Nada se carga el ambiente como cuando un instructor desenchufa el cable AUX del móvil y el estudio se queda en un silencio absoluto. Una opción mucho mejor es bajar poco a poco el volumen de tu última canción durante el tiempo de preparación del siguiente instructor, para que de esta manera el cambio de playlist sea más fluido. O aún mejor, cuando finalices tu clase, pon alguna canción que caliente el ambiente para la siguiente sesión.
Acostumbro a hacerlo, por lo que siempre llevo una playlist de BODYCOMBAT en mi móvil.

4 Promociona las clases de tus compañeros

Repite conmigo: Tu trabajo no es una competición. ¡Hay sitio para todos! Puedes decirle a tus alumnos que el instructor de la clase siguiente es la caña y que deberían probar con él, (tranquilo, que los socios no dejarán de venir a la tuya). Al contrario, hacerlo te hará quedar como alguien generoso y como un buen jugador de equipo.

Obviamente, si acabas de dar una clase de LES MILLS GRIT Strength y la clase que sigue es LES MILLS GRIT Cardio, quizá no deberías animar a tus alumnos a quedarse (Hola, sobreentreno). Sin embargo, destacar los beneficios de completar su sesión con una clase de BODYBALANCE o de LES MILLS CORE demostrará tu conocimiento de los programas y ayudará a que tus alumnos obtengan el máximo provecho a su cuota.

5 Haz que las transiciones cuenten

No sé si a ti te pasa lo mismo, pero yo no tengo demasiadas oportunidades de hablar con otros instructores. Todos vamos con prisa para poder llegar a las clases y al final solo acabas viendo a tus compañeros en los Reciclajes trimestrales. Personalmente, disfruto muchísimo de los ratos en los que puedo intercambiar impresiones con mis “shoulder instructors”. Aunque la conversación dure 30 segundos, en ese momento se crean muchos vínculos y se genera una confianza que permite confesarle a tu compañero que estás derrotado, que «la has liado un poco» con la coreografía o explicarle cuál de los micrófonos funciona mejor. Estos momentos han contribuido a construir algunas de mis amistades más valiosas y a veces, echarte unas risas con otro instructor antes de dar tu clase puede contribuir mucho a mejorar el ambiente de la sala.

(Pero no alargues demasiado estas conversaciones, si ves que el siguiente instructor necesita arrancar ya y tú sigues hablando con él, los alumnos se darán cuenta y te echarán la culpa de que la clase empiece tarde).

6 Los selfies, fuera de la clase

Acabas de dar una clase increíble. Todos quieren sacarse un selfie contigo, preguntarte por tus vacaciones, pedirte consejos de técnica… todo esto está muy bien, pero si ya se acerca la hora de la siguiente clase, deberías evitar ocupar el escenario (o aún mejor, traslada la interacción con tus alumnos fuera del estudio).

Otro caso parecido es que, al llevar cierto tiempo en el club, puede que ya conozcas bien a algunos de los alumnos de la siguiente clase. Te apetece saludarlos y preguntarles cuándo vendrán a la tuya. Eso está muy bien, pero debes tratar de no distraerlos de la clase que está a punto de empezar. Recuerda que han venido a entrenar, no a charlar contigo sobre cómo les ha ido el fin de semana.

 

Instructors high-fiving

Si impartes la clase que va a continuación

7 No critiques a la clase anterior por haber acabado tarde

Vale, a veces la gente llega tarde. Lo entendemos, es desagradable. Sin embargo, es aún peor echarle una mirada asesina al instructor que acaba de terminar la clase, subir al escenario y anunciar: “Siento mucho el retraso, el (insertar clase / nombre del instructor aquí) se ha pasado de la hora”. Hacer esto no sólo hará que empieces TU clase de un modo negativo, sino que además sonará muy poco profesional.

Intenta ser amable y comprensivo. Y si el tema de los retrasos es recurrente, puedes tener una conversación educada con este instructor o bien trasladar el caso al coordinador de actividades de fitness en grupo.

8 Controla a tus “BODYPUMPers”

Aquí voy a hablar de un caso muy específico, pero si estás a punto de dar una clase de BODYPUMP y ves que tus alumnos empiezan a entrar en manada al estudio blandiendo sus barras como si fueran espadas, es tu deber como instructor procurar que todo el mundo se comporte hasta que empiece tu clase. Un instructor muy conocido de Les Mills Auckland suele pedirle a los “BODYPUMPers” que entrenan después de su clase de cardio que no empiecen a colocar el material hasta que la clase de cardio haya finalizado.
Así que, respeta el horario de cada uno y predica con el ejemplo.

(Este consejo también es válido para el resto de programas. Una amiga mía imparte BODYBALANCE y me cuenta que durante el periodo de Meditación / Relajación suele ocurrir la siguiente escena: un socio abre la puerta del estudio para echar un vistazo al interior de la sala, vuelve a cerrar y le grita a los que están esperando afuera: “¡Sí, aún siguen! Mi amiga me dice que cada vez que lo escucha, le hierve la sangre.)

Así que, aquí lo tienes: ocho sencillos trucos para llevarte bien con tus compañeros y contribuir a que tus socios estén satisfechos!